El lugar donde ocurre una escena dice mucho más de lo que parece. El clima, la luz, los sonidos… todo eso puede acompañar (o contrastar) el tono emocional del momento.
¿Una despedida bajo la lluvia? ¿Una revelación en un bosque silencioso? ¿Un reencuentro con viento fuerte que despeina y sacude?
No es solo decoración: el ambiente transmite, refuerza y amplifica.
Usá los elementos del entorno para crear atmósfera, tensión o calma. Conectá lo externo con lo interno del personaje. Así, todo en tu historia trabaja en la misma dirección.